miércoles, 21 de enero de 2009

Dulce Recochineo...

¿Qué mejor que una poesía para burlarte de esa persona que no soportas?
Y ahora, en estos días en que la estupidez del hombre se pone de manifiesto gratuitamente, nada mejor que estos versos que me van como anillo al dedo...
Lástima que tenga que copiarlos de un maestro y no tenga la suficiente inspiración (todavía) para crear yo unos...

Grande Quevedo, grande...

Érase un hombre a una nariz pegado.
Érase una nariz superlativa.
Érase una alquitara medio viva.
Érase un peje espada mal barbado. Era un reloj de sol mal encarado.
Érase un elefante boca arriba.
Érase una nariz sayón y escriba.
Un Ovidio Nasón mal narigado. Érase el espolón de una galera.
Érase una pirámide de Egipto.
Los doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
Frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal morado y frito.