Yo me dirijo a todas aquellas que, como yo, apenas habían pensado en casarse y que un buen (o mal) día pensaron “¿porqué no?”
Lo primero que se debe hacer es coger papel y lápiz y empezar a apuntar lo que se tiene que buscar y preparar (tendríamos que dar por hecho que la pareja ya se tiene en el momento en el que te planteas casarte, pero por si acaso…):
- Encontrar una pareja que realmente merezca la pena que esté en tu vida (tal vez éste sea el punto más difícil, pero también es el imprescindible para celebrar una boda).
- Ponerse de acuerdo en una fecha, aunque sea aproximada. Uno no puede decir mayo y el otro septiembre y quedarse tan anchos. Tiene que haber consenso (la votación es inútil si sólo sois dos).
- Hacer una primera lista provisional de invitados (veréis que os salen tropecientos mil…). Luego, rompedla y volved a elaborarla pensando (ahora ya saldrán bastantes menos). Esto es importante porque a la hora de buscar restaurante os preguntarán cuántos invitados tendréis, aproximadamente (y evidentemente, dependiendo del número que digáis, el presupuesto y el sitio donde vayáis a celebrarlo variará).
- El banquete: pensad en restaurantes u hoteles que os gusten. Debéis tener en cuenta que es importante que sean grandes y tengan capacidad para un “gran” número de personas (aunque creáis que vuestra boda será íntima, buscad un lugar para mínimo 75 comensales, por si las moscas). Entrad en Internet y poned en el Google “bodas en [vuestra ciudad]”. Entonces os aparecerá una enorme lista de opciones. Escoged unos 10 restaurantes/hoteles (parecen muchos, pero en realidad no lo son).
- Iros a dormir. Seguramente será tarde y es una tontería seguir con esto.
Si Roma no se construyó en un día… ¡cómo vamos a organizar una boda!
Próxima entrega… Cómo casarse y no morir en el intento (Parte 2)
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