jueves, 14 de mayo de 2009

Una Copa para el Barcelona; 2 triunfos para las aficiones

Eran las 21h. Aún faltaba una hora para que empezase el partido y en Mestalla ya no cabía ni un alfiler. La afición del equipo vasco se hacía notar. Los cánticos y los movimientos de banderas hacían prever una gran noche llena de emoción y sentimiento.

Era curioso poder ver a los seguidores azulgrana al lado de los leones. Normalmente las aficiones están en graderías o asientos bastante separados para evitar disturbios. Pero ayer (exceptuando aquel aficionado que lanzó una lata de refresco al campo) todo fue a las mil maravillas. La afición vasca se comportó como nadie y aceptó su derrota con total deportividad; cantando y animando a su equipo hasta el último minuto y aplaudiendo y felicitando a los jugadores barcelonistas en su "vuelta al ruedo".

El F.C Barcelona ya tiene la Copa, ya ha ganado el primer título de la temporada. Y digo el primero porque estoy convencida de que no será el último. La Liga también tiene que caer este fin de semana (ya sea el sábado o el domingo) porque se lo merecen y porque viendo como juegan no pueden fallar tanto como para dejarla escapar. Y, aunque la Champions sea otra cosa, creo que es factible y muy posible conseguirla. Pero de eso ya hablaremos dentro de unos días.

La primera parte (y más los primeros minutos) del partido fue claramente del Athletic de Bilbao. Sólo tenemos que recordar el gol de Toquero en el minuto 9 para saberlo. El Barcelona estaba dormido, parecía estar jugando en el patio de recreo de cualquier colegio. Es posible que fuera por la posición defensiva de Touré Yaya (cosa que en casa no acabamos de entender) y por la ausencia de Iniesta. Ocurrió como en el partido contra el Chelsea, donde se desplazó a Don Andrés al lateral y Xavi no le encontraba para sus pases. Pues siguiendo con las comparativas, ayer el Barça empezó igual que en Stamford Bridge. Por suerte, no tuvimos que esperar hasta el tiempo añadido para marcar y remontar.

Una obra maestra de la Roca Touré en el minuto 32 devolvió la alegría y la esperanza a los culés. Su golazo despertó no sólo las pasiones barcelonistas, sino también al equipo; el cual empezó a ofrecer el juego al que nos tiene acostumbrados. Messi (a quien ya le tocaba marcar), Xavi y Bojan fueron los encargados de sentenciar la final.

Y es que a este Barça (si juega como tiene que jugar, es decir, como lo lleva haciendo todo el año) no hay quien le pare.

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